Los principios fundamentales de la osteopatía

El concept holístico

El cuerpo humano está formado por múltiples elementos vinculados entre sí de muchas formas; en el cuerpo todo es “continuo”. El organismo es una unidad, en su constitución y en su funcionamiento. La osteopatía se basa en este principio, las diferentes estructuras del cuerpo están unidas entre sí a través de tejidos orgánicos. Estas estructuras son, por lo tanto, interdependientes y están en interacción continua para intentar encontrar un equilibrio. Por tanto, es necesario que el osteópata considere el cuerpo humano como un todo, mucho más que como la suma de sus partes.

Otra noción importante es la interrelación de estructura y función: la estructura del cuerpo es su constitución (como el pulmón, el músculo, el nervio) y la forma en que estos elementos se ordenan entre ellos; la función es el papel de cada elemento en este conjunto. Por ejemplo, para el pulmón, la función es la oxigenación de la sangre; para el músculo, es la contracción; para el nervio, es la transmisión de impulsos nerviosos. Si la estructura se altera, por ejemplo, está restringida en su movimiento, la función que se supone que debe realizar por completo puede verse alterada. Esto puede provocar un deterioro funcional. La movilidad fisiológica de las estructuras del cuerpo, su capacidad de movimiento, es por tanto fundamental para el buen funcionamiento del organismo.

Cuando surge una restricción, el cuerpo organiza una respuesta que le permite adaptarse. Intenta compensar la llegada de este nuevo evento a través de diversas estrategias, tales como:

    • La modificación del equilibrio de su estructura: una reacción mecánica que modifica la tensión de los músculos o la movilidad de las articulaciones, etc. Esto creará restricciones en su movilidad.
    • La perturbación de sus funciones: una reacción fisiológica a nivel de algunas funciones del sistema digestivo, respiratorio o nervioso, por ejemplo.

Sin embargo, cuando el cuerpo ya no es capaz de compensar “en silencio”, sin síntomas, porque la perturbación no cesa, o ha sido demasiado violento, es en este momento cuando se produce el desequilibrio de la salud, dolores u otros.

Los vínculos entre los diferentes tejidos del cuerpo, sus funciones y las diversas estrategias de compensación, pueden llevar al paciente a tener tensiones, falta de movilidad y sentir síntomas a distancia del lugar del elemento perturbador, de la causa. Para ello, el osteópata, en su diagnóstico, siempre tendrá en cuenta el organismo en su conjunto independientemente del motivo de consulta. Así que no te extrañes si te hace preguntas, realiza pruebas o técnicas en áreas que no parecen relacionadas con tu motivo de consulta. Es fundamental para el osteópata identificar el origen de los síntomas, las estructuras implicadas y no solo tratar las consecuencias de los desequilibrios.

El enfoque holístico de la osteopatía considera al paciente en su totalidad, que incluye su cuerpo como un todo, pero también, por extensión, su historial médico, sus tensiones emocionales, su estilo de vida y estilo de vida, su crecimiento, su herencia genética, etc. Según la Organización Mundial de la Salud, «la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no constituye solo la ausencia de enfermedad o dolencia». La osteopatía concuerda con esta definición porque al osteópata le interesará todo aquello que pueda alterar el estado de salud del paciente, teniéndolo en cuenta en sus aspectos físicos y ambientales.

Es importante darse cuenta de que en algunos casos los factores ambientales son tan importantes que, mientras el paciente no recupere una condición dietética, de salud, social, emocional, un estilo de vida o hábitos de mejor calidad, su condición general y sus síntomas no podrán mejorar por completo. Son limitaciones que mantienen sus síntomas y el deterioro de su salud. Debe tenerse en cuenta que la osteopatía es una ayuda para la mejora, que el osteópata pone todos los medios a su alcance para que la condición del paciente mejore. Sin embargo, el paciente también es directamente responsable de su bienestar y elige qué consejo seguir o no.

El concepto de la homeostasis

La osteopatía también se basa en el principio de autorregulación, lo que significa que el cuerpo tiene sus propios mecanismos de adaptación y regulación. Esta capacidad se llama homeostasis y permite que el cuerpo mantenga el equilibrio general a pesar de ciertas perturbaciones que puedan ocurrir. El cuerpo suele tener la solución a sus propios problemas, puede autorregularse.

El osteópata ayuda al paciente a sentirse aliviado, es el mismo principio que la colaboración, ambas partes ayudan a la mejora. El osteópata ayudará al organismo, pero la capacidad de autorregulación es fundamental para reducir los síntomas.

Como se explicó anteriormente, en reacción a una perturbación, el cuerpo organiza una respuesta que le permite adaptarse a este nuevo evento. Intenta compensarlo mediante diversas estrategias. Se trata de un fenómeno normal que inicialmente es reversible, gracias a estos mecanismos reguladores del organismo, si el estrés cesa o no ha sido demasiado perturbador para el organismo. La restricción de la movilidad, llamada disfunción osteopática, puede estabilizarse o resolverse de forma natural y no tener un impacto apreciable en el estado de salud, y eso sin la intervención externa del osteópata. La estructura incriminada recupera entonces su función completa y movilidad total, o casi.

Sin embargo, cuando estos mecanismos son insuficientes porque el cuerpo ya está demasiado solicitado y ya no puede compensar o regular estas «disfunciones«, esto crea trastornos mecánicos y/o funcionales persistentes. Aquí es donde suelen aparecer los síntomas. Por lo tanto, la osteopatía es recomendada en este momento, para ayudar al cuerpo a recuperar su funcionamiento óptimo, su equilibrio. El terpeuta se interesará en cualquier cosa que pueda desequilibrar el funcionamiento óptimo del cuerpo.

También es útil actuar en prevención, antes de que aparezcan el dolor u otros síntomas. El objetivo del osteópata será, por tanto, liberar las tensiones, la restricción de movilidad que dificultan esta autorregulación. Por tanto, es posible e incluso imprescindible actuar antes mediante la realización de chequeos, al menos una o dos veces al año. Gracias a estas consultas, cuando surge una perturbación, el cuerpo del paciente tendrá mayor capacidad de adaptación y será menos probable que cree dolor ante el menor evento.

Evidentemente, aunque el organismo tiene sus propios mecanismos de adaptación, regulación y defensa, es importante recordar que en ocasiones es imprescindible consultar a un médico. Además, la osteopatía tiene sus límites y no sustituye la atención médica, el tratamiento médico o la cirugía cuando son imprescindibles. El osteópata no pretende remediar todo, ni curar, pero puede ayudar en muchos casos gracias a su enfoque holístico.

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Ilustraciones realizadas por Gonzalo Edo

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