Concretamente, ¿cómo va la consulta?

En primer lugar, el osteópata le hará varias preguntas sobre su síntoma o motivo de consulta, pero también acerca de su cuerpo en general, historial médico, patologías, estilo de vida, su crecimiento, la práctica de algún deporte, etc. Es recomendable traer reconocimientos médicos (la imagen de radiología, resonancia magnética u otros, así como el informe), especialmente los relacionados con el motivo de consulta, esto ayudará al osteópata en su diagnóstico. Todo lo relacionado con la salud del paciente puede ser útil. Seguramente le hará preguntas que pueden parecer ajenas a su síntoma, pero esta información será necesaria para la consulta. Evidentemente, toda la información facilitada estará sujeta al secreto profesional, por lo que el osteópata no revelará ninguna información tras la consulta. Además, cada acto del osteópata está, por supuesto, sujeto al consentimiento del paciente, en cualquier momento, puede detener la consulta, o decir que no quiere una prueba en particular, técnica u otro.

El osteópata debe determinar si puede atenderle y si su motivo de consulta entra dentro de su ámbito de competencia:

    • Si no puede, lo derivará a un médico.
    • Si puede, debe determinar si hay alguna contraindicación para ciertas técnicas osteopáticas. 

A partir de las preguntas al inicio de la consulta, el osteópata buscará las posibles causas de su síntoma. Si es necesario, empezará a vincular: 

    • diferentes eventos que le pasaron
    • partes de su cuerpo o sus sistemas
    • otros síntomas de su cuerpo 

Todo esto será completado y verificado por las pruebas realizadas por el osteópata. Acto seguido, el paciente se pone en ropa interior, o pantalones cortos y camiseta finos y flexibles, para que el osteópata realice su examen: 

    • en primer lugar, la observación, de la postura en particular
    • luego, si es necesario, pruebas médicas o ”de exclusión”, por ejemplo ciertos nervios y reflejos, escucha los pulmones y el corazón u otros, para tener una idea del estado de salud del paciente
    • finalmente, las pruebas osteopáticas 

El objetivo de todo esto es, siempre, saber si el osteópata puede atenderle, o si debe detener la consulta antes de cualquier procedimiento osteopático y remitirle a un médico.

Luego, si puede continuar, el osteópata realiza pruebas osteopáticas. Gracias a una palpación fina y precisa, sus manos buscarán y encontrarán todas las estructuras (articulaciones, músculos, vísceras, u otras) perturbadas en su movilidad. Una evaluación completa y exhaustiva del cuerpo puede investigar la causa de estas disfunciones osteopáticas. Por lo tanto, el terapeuta estará interesado en diferentes áreas del cuerpo del paciente, incluso aquellas alejadas de los síntomas. Esto es necesario para comprender al paciente como un todo, y para que se puedan establecer conexiones, si es necesario, entre diferentes disfunciones osteopáticas, que se encuentran en varios lugares del cuerpo. Luego, con todos estos datos, elegirá el tratamiento más adecuado. 

Es útil precisar que es normal que el terapeuta encuentre disfunciones osteopáticas en el cuerpo del paciente, lo contrario es muy poco probable. Además, esto no significa que el paciente esté enfermo, ni que necesariamente vaya a desarrollar una patología médica, ni a tener un problema médico posteriormente. Concretamente, desde un punto de vista médico, una restricción de la movilidad, o disfunción osteopática, es mucho «menos grave» que un problema médico. Y esto, incluso si el paciente a veces puede sentir más molestias por una disfunción osteopática que por un problema médico. 

Por tanto, un osteópata está obligado a tocar la piel del paciente para poder sentir estos «tensiones”, estas restricciones de movilidad, llamadas disfunciones osteopáticas, y determinar su origen. Debe saber que un osteópata no tiene ninguna autorización para realizar técnicas internas (tacto rectal o vaginal) las cuales están reservadas a médicos y parteras, por lo tanto, en ningún caso lo hará, y nunca tocará los genitales de una paciente.

Cada tratamiento osteopático es único, específico e individualizado. El osteópata realiza técnicas manuales (como movilizaciones, manipulaciones, etc), utiliza sus manos, para tratar disfunciones osteopáticas en su cuerpo. Ayudará al cuerpo del paciente a encontrar el equilibrio más saludable posible, y recuperar su capacidad de autorregulación. A través de las técnicas manuales que realiza, el osteópata «dará información» al cuerpo, de alguna manera, comenzará a orientarlo hacia un mejor estado de salud, una reducción de los síntomas. Por lo tanto, es el cuerpo del paciente el que tendrá que trabajar también, para encontrar un equilibrio más saludable para él, para encontrar sus propias soluciones. 

Durante el tratamiento, el osteópata permanece atento al paciente y su dolor, el objetivo es mantener la comodidad del paciente. El terapeuta elegirá las técnicas osteopáticas que utilizará de acuerdo con el paciente, su edad, su estado de salud y otros factores, respetando siempre las contraindicaciones médicas. 

El osteópata puede dar al paciente algunos consejos, por ejemplo sobre su estilo de vida, estiramientos, movimientos, nutrición, o incluso consultar a otros profesionales, si es necesario, para mejorar aún más su estado de salud. Es importante darse cuenta de que en algunos casos esos consejos son tan importantes que mientras el paciente no recupere una condición dietética, de salud, social, emocional, un estilo de vida o hábitos de mejor calidad, su estado general de salud no podrá mejorar completamente. Porque el paciente seguirá sufriendo limitaciones que mantienen sus síntomas y el deterioro de su salud. El osteópata es una ayuda para la mejora, pone todos sus medios para mejorar la condición del paciente. Sin embargo, el paciente es directamente responsable de su propio bienestar y elige qué consejo seguir o no.

Después de la consulta, habiendo sido levemente alterado el equilibrio del cuerpo, pueden aparecer transitoriamente ciertas molestias, mientras el cuerpo encuentra un equilibrio más sano y adaptado. Estos efectos no aparecen en todos los pacientes y no necesariamente después de todas las consultas del mismo paciente. Si aparecen, pueden durar algunas horas, y rara vez más de 2 o 3 días. Estas molestias son, por ejemplo: fatiga debida al trabajo del cuerpo, agujetas, molestias. El cuerpo necesita al menos una semana para integrar todos estos cambios. Sin embargo, no dudes en hablar con tu osteópata, sobre todo si los efectos son muy molestos, o si duran más de una semana. 

El número de consultas y su frecuencia dependen del tipo de motivo de consulta, pero también de cada paciente. En ocasiones, el paciente tiene que volver a consultar 1 o más veces para que su síntoma desaparezca, por ejemplo 1, 2 o 3 semanas después de la primera consulta. Las consultas pueden ser un poco más frecuentes, especialmente aquellas con un objetivo paliativo, por ejemplo para una persona mayor con mucha artrosis, que desee recuperar la movilidad y limitar el dolor. Pero en la gran mayoría de los casos, el objetivo de la osteopatía NO es que el paciente acuda a consulta con frecuencia, semanal o mensualmente. El osteópata busca, en la medida de lo posible, tratar la causa del dolor, del síntoma del paciente, y ser eficaz a medio, o incluso, a largo plazo. 

El objetivo del osteópata es que el paciente acuda a consulta solo cuando sea necesario, cuando presente síntomas, o en caso contrario 1 o 2 veces al año al menos, como medida preventiva. Permitir que el paciente consulte lo menos posible es una señal de éxito para el osteópata, ¡significa que ha encontrado formas de ayudar al paciente de manera eficaz! Además, su objetivo es lograr la autonomía y la responsabilización del paciente.

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Ilustraciones realizadas por Gonzalo Edo

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